martes, 26 de junio de 2007

No me acuerdo cuando fue...

No me acuerdo cuando fue que probé por primera vez una copa de vino.
Juró que me encantaría. Pero no logro recordarlo por más que lo intento una y otra vez. Calculo que habrá sido en mi adolescencia que empezé a tener ese llamadito celestial de las uvas para acudir velozmente a ellas y dejarme enamorar por el color, el aroma y sobretodo el sabor exquisito que provoca en mi boca. En mi casa no se tomaba vino, salvo una visita especial de algún pariente lejano que se le daba la única botella rodeada de telas de araña, sucia y con una temperatura más alta que una brasa caliente, era imposible tomar más de dos sorbo, imagino.

Habrá sido mi primer vaso de vino en algún asado con los camioneros en el taller de la calle Lavalle?, ahora que me lo pregunto recuerdo que alguno me habrá dicho, con tono bien rasposo y